Técnicas suaves y muy delicadas, sobre la cabeza, columna vertebral, pelvis, etc. del bebé, para devolver el equilibrio fisiológico necesario para que estas funciones no se vean alteradas.
Lo ideal es aplicar el tratamiento durante los 6 primeros meses de vida, que es cuando más efectivas son las técnicas gracias al gran potencial de cambio que presenta el bebé, y cuando mejores y más rápidos resultados se obtienen. No obstante el tratamiento se puede iniciar a cualquier edad, ya que la osteopatía es una terapia aplicada en adultos.
Es importante saber que es un tratamiento totalmente compatible con la medicina convencional y que no sólo es curativo sino también preventivo, es decir que siempre es recomendable acudir en los primeros meses de vida con el fin de detectar esos posibles desajustes que en el 70% pasan desapercibidos.
Existen casos en los que es particularmente recomendable acudir a una primera consulta osteopática, entre ellos, embarazos gemelares, cesáreas, partos de nalgas y podálicos, fórceps, ventosas, bebés prematuros… por el alto índice de traumatismos que pueden sufrir los bebés en estas situaciones.
Principales indicaciones:
La Punción Seca es el tratamiento de los Puntos Gatillo Miofasciales (PGM) por medio de unas agujas muy similares a las de acupuntura pero diseñadas especificamente para este tipo de tratamiento
La punción seca se ha revelado como una técnica muy eficaz para inactivar los PGM, así lo demuestran estudios realizados por autores como Lewit y Gunn, y las experiencias clínicas que nos transmiten Simon y Travell.
Existen diferentes técnicas de punción seca que tienen la característica común de no introducir ninguna sustancia al organismo, lo que las diferencia de otras técnicas invasivas en las que se infiltra alguna sustancia, como anestésicos locales, AINES o toxina botulínica en el PGM.
En este sentido es importante reseñar que no existe evidencia que demuestre mayor efectividad de la inyección de estas sustancias frente a la punción seca, que utiliza únicamente el efecto mecánico como terapia, siempre que se obtenga una respuesta de espasmo local.
Dividimos las técnicas de punción en dos grupos: Punción superficial y profunda
Punción superficial: desarrollado por Meter Baldry, consiste en introducir agujas de acupuntura en la piel y en tejido celular subcutáneo que recubre el PGM a una profundidad máxima de 1cm.
Punción profunda: Consiste en la entrada y salida rápida al Punto Gatillo Miofascial, produciendo una Respuesta de Espasmo Local (REL) y evitando la aguja no esté en la fibra muscular sino en el tejido celular subcutáneo cuando se produce el espasmo. Esta maniobra se repite hasta que se elimina el REL. La respuesta de espasmo local, es una contracción involuntaria de un músculo; suele considerarse indicativa de haber pinchado en una zona con punto gatillo, y por lo tanto, es de esperar que asegure el éxito en la punción.
Los puntos gatillo miofasciales (PGM) están comenzando a ser reconocidos como un componente esencial de las extremadamente comunes disfunciones neuro-músculo-esqueléticas. Ningún paciente con síntomas musculoesqueléticos ha sido atendido correctamente si no se le ha realizado una adecuada historia clínica y se le han examinado sus músculos en busca de los PGM que puedan estar contribuyendo significativamente a sus quejas en la esfera sensorial, y a sus habituales disfunciones musculares, tales como la inhibición refleja que se presenta como debilidad muscular, aunque es raramente atribuida a los PGM. Una destacable serie de artículos de investigación bien diseñada, que confirma la impresión clínica de que la mayoría de las cefaleas están causadas por PGM.
Componentes esqueléticos, tales como cualquier disfunción articular (por ejemplo, la articulación sacroiliaca de un paciente con dolor lumbar), deben ser identificados y corregidos. Todos estos factores básicos pueden interactuar fuertemente. Además, aquellos múltiples factores capaces de perpetuar los PGM y las disfunciones asociadas deben ser identificados y se han de tomar medidas correctivas.